lunes, 28 de noviembre de 2011

THE END


Como casi todo lo que empiezo en la vida, esto había quedado inconcluso. Pero me niego, yo he cambiado en este viaje, soy una persona nueva, con nuevos elementos decorativos sobre mi (ya ha pasado la fase de negación, ahora lo tengo aceptado), y ya no dejo las cosas ni por pereza ni por vergüenza. Así que aquí está el remate.
SAN FRANCISCO
San Francisco es probablemente la ciudad más original en la que hemos estado. Es increíble la creatividad que hay, la cantidad de pinturas murales, de mensajes en las paredes y las aceras, de locos por las calles (de verdad, locos locos), de vagabundos, de gente vestida con los conjuntos más alucinantes... Es la libertad de expresión total y absoluta, como un Venice Beach a lo grande. Y con las colinas, claro... Hay muchos momentos en que no se ve en el coche, que si hay algo en el suelo lo pisas sí o sí, porque estás en una desnivel de no creértelo. Las persecuciones de las películas las veo de lo menos viable! Sería imposible... Hincas el coche en el asfalto 100%. Esto por encima de Market St., porque el SoMa (South Market) es totalmente plano. Las casas victorianas son divertidísimas, hay millones de versiones en millones de colores diferentes. Me he sentido muuuy en Padres Forzosos (Full House Cristi, a ver si se nos queda), enamorada del tío Jessie y queriendo tener de hermana pequeña a Michelle jajajaja.

Lo más fuerte de la ciudad es probablemente lo de los de locos que hay por metro cuadrado. Impresiona ver tanto vagabundo rebuscando en la basura en un país tan desarrollado... Lo habíamos visto en otras ciudades grandes, pero en SF ya es exagerado. Es materialmente imposible encenderte un pitillo y que no te pidan por lo menos dos o tres personas que les des uno, y claro no hay presupuesto en el mundo que soporte tanto cigarro… Ya ni nos sentíamos mal diciendo que no.

De planes hemos estado animadísimas en Frisco. No había sitio en nuestro adorado Super 8, así que nos tuvimos que buscar una privada en un hostal. Habíamos evitado los hostales todo el viaje por lo de compartir habitación, que por un lado no nos apetecía y por otro nos daba un poquito de yuyu por lo de dejar las cosas en la habitación donde entran otros 20, con el portátil, las cámaras y demás... Pero la suerte nos hizo caer en el Adelaide Hostel (5 Isadora Duncan Ln), donde conseguimos una privada para nosotras tres. Resultó que nos metieron en una habitación triple de un hotel con el que tienen acuerdo y que está al lado (el Fitzgerald) por el precio de un hostal, así que perfecto. Pero lo bueno de todo esto es que el hostal organiza muchas actividades y tal. Para empezar, ofrecen cenas por 5-6$, caseras, en el sótano. Nos apuntamos a las cenas de viernes y sábado y estuvieron fenomenal!! Sobre todo la del sábado, preparada por un brasileiro (que lo único es que tenía un problema grave de verborrea) y riquísima. Después de la cena, organizaban un “pub crawl”, que consiste en que reúnen a todos los huéspedes que quieran salir por ahí en la puerta del hostal y los dirigen por algunos barecillos y así donde además tienen ofertas como de grupo. Así que aprovechamos en crawl las dos noches del fin de semana y salimos con la gente del Adelaide, y gracias a eso conocimos a mucha gente muy simpática, también a algunos raros (como Silvio, el italiano de mirada fija inquietante, o el miembro de la secta del Burning Man…), y sobre todo a Phil.

Phil era un chico de St. Louis, muy emocionado porque habíamos pasado por su ciudad y paramos a tomar una cerveza, porque parece ser que la gente nunca para allí. Estaba en California con su amigo Ben, que se mudaba a SF, y él quería unirse después, aunque sus planes pasaban primero por una temporada en LA. El caso es que estuvo con nosotras todo el tiempo que estuvimos allí. Pasamos un día muuuuy divertido visitando el Golden Gate Bridge, Sausalito, dando una vuelta por la ciudad… Hicimos unas sesiones de fotos increíbles y luego por la noche salimos a cenar por Castro, la mítica zona gay de donde salió Harvey Milk. Incluso entramos a bailar en un local, pero era todo hombres que le ponían ojitos a Phil (que en realidad no parecía tan incómodo) y sólo lo disfrutamos Cristi y yo, que lo dábamos todo bailando Cher y demás divas jajajaja! Finalmente, Phil nos regaló un imán a cada una del puente (el mío está en la nevera de nuestra casa nueva… =))

El último día, ya sin Phil, dejamos el hotel por la mañana y no cogíamos el avión hasta las 6 del día siguiente, pero no tenía sentido pagar esa noche de hotel para un par de horas. Así que estuvimos danzando por la ciudad como haciendo tiempo, ya con los nervios de la vuelta y las maletas a cuestas. Nos metimos en el cine y todo! Vimos por fin Crazy, Stupid Love y nos encantó. Luego ya al aeropuerto, donde tuvimos que dormir en el suelo con un frío horrible, esperando que abrieran la facturación, las cafeterías… Cualquier cosa! La verdad es que fue un poco tortura la espera final, y encima cuando ya conseguimos entrar tuvimos un retraso horrible por una averna en el avión que parecía que no íbamos a llegar a Madrid a tiempo porque perdíamos la conexión en Chicago. Al final todo salió bien, pero pintaba el asunto muy negro!!

Y ya… vuelta a la realidad… Ha sido dura al principio, aunque a favor teníamos una espiral de cambios que no nos ha dejado un minuto libre para pensar (sobre todo palo y yo, que nos hemos mudado juntas). Aun así, sigo echando de menos lo bien que me he sentido en el viaje. Ha sido un mes de libertad absoluta, de ir montando nuestro camino poco a poco, sin prisa, poniéndonos de acuerdo, tomando decisiones sin arrepentirnos después, fueran acertadas o no… Un lujo de experiencia que me ha cambiado y que estoy encantada de haber tenido una vez en la vida. Ojalá pueda repetirla algún día.

Habiendo pasado tanto tiempo ya cuesta bastante contar anécdotas de los últimos días. Así que voy a intentar recapitular con los “mejor-peor” de todo el mes, lo que ha durado hasta ahora y no se borrará nunca (espero).

-       Mi ciudad preferida: Chicago (San Diego cerca…).
-       La más divertida: San Francisco.
-       Persona preferida: Phil.
-       El estado que más me ha sorprendido: Arizona (qué paisajes!).
-       El recuerdo con el que más sonrío: Santa Fe.
-       Lo más prescindible: Las Vegas.
-       El peor momento: el camión, en San Diego. Y después el ataque mortal de calor en Washington.
-       Yale… Increíble. No del todo asimilado, puede que para que no me invada la pena.
-       Super 8 es el gran descubrimiento. Los indios, los desayunos y los precios nos han hecho felices. Todavía tengo dos bolis amarillos que uso sin parar!
-       Alamo es una gran opción para alquilar. Bien de precio (en términos relativos) y nos trataron increíblemente bien.
-       Las mejores comidas: las pizzas de Chicago y de New Haven. El perrito de LA. Los sándwiches de Chicago. La hamburguesa de Last Stop en Arizona. Claramente todo muy sano.
-       La mejor noche: la primera de San Francisco. Y luego el “botellón” en Santa Fe.
-       Nota: estoy enamorada de los americanos. Nada me hacía más ilusión que me creyeran una de ellos!
-       Los límites de velocidad son un coñazo… Pero se me han metido en el cuerpo xq desde que he vuelto noto que conduzco bastante más despacio.
-       Los tatuajes. Nunca digas nunca.
-       Las mayores risas en Collinsville, delante de la botella de Ketchup. Llorando desde entonces hasta ahora!
-       Lo bien que nos hemos llevado para estar tanto tiempo juntas 24h al día. Yo creo que salimos reforzadísimas! Una suerte de amigas tengo…
-       Nos ha faltado… Monument Valley y los coches enterrados. También un poco de playa (en La Jolla!). Y algún museo… Me habría gustado el Art Institute en Chicago, y volver al Getty en LA. El brunch en Chateau Marmont. Una noche de copas en Chicago. Algo más de excursión en el Gran Cañón. Montar en Harley por la Route 66. Habrá que intentarlo la próxima!

Con esto doy por cerrado nuestro relato. Ha sido alucinante! Gracias.

lunes, 29 de agosto de 2011

Los Angeles (y Pacific Coast Highway)

Penúltima etapa de nuestro viaje: Los Ángeles. Nos hemos quedado en un Super 8 en Hollywood, muy bien situado para ser Super 8, con Parking incluido. Además, teniendo en cuenta que aquí hay que ir en coche a todas partes… Es imposible estar en el centro, sobre todo porque después de 4 días aquí aún no sabemos cuál es. Lo lógico sería pensar en el Downtown, pero no lo veo yo tan evidente. Es el centro de los edificios alto, sí, pero no lo hemos catado! Nos hemos centrado en otras partes. Tampoco nos enteramos de si son barrios o ciudades independientes, como Hollywood, Santa Monica, Venice y demás!! Qué es esto?? En fin, es que es una enormidad que parece que no se puede abarcar ni en un mes dando vueltas.
Estuvimos por el paseo de las estrellas, buscando entre otras la de Julia Roberts. Y, claro, la Ley de Roxen también se aplicó aquí… No hay estrella de Julia Roberts. Pero no pasa nada, fue un buen paseo en cualquier caso. A mi de todas formas las que más me apetecían eran Meryl Streep y Paul Newman y fue un 100%, así que perfecto. De todas formas, en realidad es bastante cutrecín en mi opinión. Me gusta más la parte del Chinese Theater, que tiene las piedras del suelo firmadas y con las huellas de pies y manos de un millón de estrellas, sobre todo clásicas. Los hombres tenían casi todos el pie de Paloma, y las mujeres iban con tacones así que las huellas eran muy graciosas! Eso sí, el tamaño de pie era increíble… Enanísimo!!! Luego fuimos de compritas por Melrose Avenue, que yo no la conocía, y nos pareció un poco Camden a la americana.
Al día siguiente estuvimos en Santa Monica y Venice Beach, que para mí son la mejor parte de LA. Comimos por el Third Street Promenade y luego fuimos paseando de la primera a la segunda, hasta llegar a los canales con las casitas chulísimas. Otra vez con el mismo problema de siempre, eso sí: están como expuestos a la calle. No les va demasiado lo de la privacidad. A menos que sean celebrities acosadas por los paparazzi, claro. Pero lo mejor de Venice es la cantidad de locos que hay por metro cuadrado. Si la proporción ya es alta en el país en general, en esta playa es demasiado fuerte!! Pero a mi me divierte todo.
Al día siguiente tuvimos día de “ricos”, fuimos por la mañana a Newport Beach, Orange County,  donde la serie The O.C., y luego por la tarde a Beverly Hills y Bel Air. En Newport metimos los pies en el Pacífico!! El agua bastante fría, pero es que además fuera hace frío también!!! No nos atrevíamos a más… La verdad es que hay unas casas que son una pasada… Pasamos entre Beverly y Bel Air por  UCLA, donde yo estuve un verano, y resulta que al intentar llegar a mi residencia estaba todo de obras, levantando mil edificios y parecía que se estaban cargando la mitad del nuestro (Anita!! Socorro!!!). Por lo menos nuestro bar sigue ahí, igual que siempre. Eso sí, yo habría jurado que se llamaba Maloney’s, y resulta que se llama O’Haras… What? Fuimos también al cine (qué ilusión!!!), a ver One Day. Vaya dramón, no estaba preparada. Pero en Westwood había esa, Conan o Destino Final, así que estaba claro… La próxima será Crazy Stupid Love… Pero supongo que ya en España!
El último día de LA quedamos con Amor, una amiga de Madrid de cuando hice el curso en UCLA, que se ha quedado a vivir allí y ahora es actriz. Demasiadas risas!! En serio!! Genial. Fuimos a Universal Studios y por la noche cenamos en Pink’s, que es un sitio muy mítico de perritos calientes. El mío estaba increíble!! Creo que se llamaba Planet Hollywood, y era una booomba! Son contundentes, pero baratos, así que perfecto. Había algunas cucarachillas que me incomodaban, fue lo único, pero es que tiene una terraza al aire libre y por la noche… Pues qué se le va a hacer.
Y ya nos despedimos de LA, finalmente sin el brunch en Chateau Marmont, que la verdad es que me hacía bastante ilu, pero es el final del viaje y estamos en la ruina absoluta. Ya de camino a San Francisco, cogimos la Pacific Coast Highway. Después de un ratito de playa en Malibu, donde básicamente hay surf y muchas gaviotas, tiramos hacia San Luis Obispo, donde tuvimos que hacer noche porque no fue nuestro día más rápido en la carretera. Además de que nos tocaba hacer lavandería porque estábamos bajo mínimos!! Aprovechamos las máquinas de cambio de dólares a cuartos para intentar completar nuestras colecciones de estados… Pero no se nos está dando muy bien. Yo intento tener de todos los estados por los que hemos pasado en el viaje y aún no llego a la mitad! Y Palo, por supuesto, al más difícil todavía… Ella los quiere TODOS. Los 50 estados. Pero tampoco va bien… Jujuju.
Sobre el camino hasta San Francisco,  tengo que decir que me pareció una auténtica pasada de carretera. Las vistas son increíbles, aunque nos tocó un día un poco gris y no pudimos apreciarlo con una luz muy favorecedora, las 20 millas anteriores a Carmel tienen uno de los paisajes más bonitos que he visto!! Me ha encantado, una gozada conducir por ahí. Luego, después de Carmel (donde entramos en el rancho de Clint Eastwood buscando un restaurante… pero resulta que sólo daban de cenar y no de comer), ya cogió el coche Cristi y decidió abandonar la carretera preciosa y centrarse en llegar a S. Fco. corriendo, así que en ese último trozo no sabría decir… Pero realmente merece la pena. Y si se hace el camino al revés, más todavía, porque vas en el lado del mar (difícil de intuir, verdad?).
Sobre San Francisco… Nos queda aún un día (y noche y media), así que lo dejo para el siguiente post. Sólo puedo anticipar que está siendo un final perfecto!!!

PD: A aquéllos preocupados por nuestra seguridad gracias a los amables comentarios de mi padre: haya tranquilidad, mi cuello sigue sin aparecer pero Palo ha conseguido bajar el volante.
PD2: Ningún problema, que sepamos, con Irene. No nos afecta! Llegaremos sin problemas!

domingo, 21 de agosto de 2011

Grand Canyon, Las Vegas y San Diego

Ya estamos de vuelta con Internet...

Grand Canyon es alucinante, con sus 10 millas de ancho de media (16 km! una pasada...) y 277 millas de largo (me da pereza calcularlo en km... unos 420-430?), las vistas parece que no terminan. Vimos una especie de incendio al otro lado, así que uno puede imaginarse las distancias tan enormes para que Paloma no se muriera de miedo y se lanzara al vacío... Aunque la verdad es que lo de las distancias aquí ya las tenemos asumidas. Es muy fuerte! Todo es a lo grande... Eso sí, las casas siempre pegaditas a la carretera y dando la espalda al paisaje. Es algo que aún me cuesta entender, la verdad. Pasamos por sitios increíbles y, en vez de aprovechar las superficies tan gigantes y las vistas que podrían tener, se empeñan en poner las ventanas y los porches mirando hacia los camiones tamaño Transformers.

Y hablando de camiones... Hemos tenido un pequeño percance llegando a San Diego. Estamos perfectísimamente, eso lo primero, que nadie se asuste! Pero uno de esos bicharracos de los que dan miedo según los ves acercándose en el retrovisor decidió en un momento dado empotrarnos contra el guardarraíl (si es que se llama así... la barrera del lateral de la carretera, esa que se divierte matando motoristas). El imbécil del camionero, además de parar el embiste dos veces y decidir que lo mejor era seguir procediendo, cuando ya dejó de empujarnos entendió que lo más adecuado era darse a la fuga. Los puntos positivos: una nueva experiencia; darnos cuenta de lo bien que funciona Alamo y lo provechosa que ha sido la pasta que nos hemos dejado en contratar tooodos los seguros y tooooda la asistencia; que algún problemilla teníamos que tener y este ha sido muy asumible porque no nos ha pasado nada a ninguna de las tres; y... bueno, creo que ya, pensaba que habría más. Punto negativo básico: hemos perdido a nuestro compañero Explorer. Con el cariño que le habíamos cogido ya! Con su pitido al cerrar con el mando, su asiento que se echa para atrás al apagar el motor para facilitar la bajada, su Sirius XM (una radio por satélite que no da tregua posible de la lista de éxitos, que básicamente se reduce a tres canciones que por supuesto adoramos y no nos cansan nada: Last Friday Night, Love in America y Tonight), sus mil sujeta-vasos (cómo se llama eso??), su maletero gigantesco para nuestras maletas, que como nuestros seres queridos pueden imaginarse van creciendo y creciendo... Lo hemos cambiado en el aeropuerto de San Diego por un Dodge nosequé, que en realidad ha resultado ser más grande y está fenomenal, la verdad. Por ahora sólo tengo un pequeño problema con el volante, que está un pelín alto para mí y tengo que estirar el poco cuello del que me han dotado mis padres por encima... Pero en fin, no está mal.


Antes de lo del coche estuvimos dos noches en Las Vegas. Sólo noches, que parece que es lo único que importa allí. De hecho, todos los trabajadores del sector servicios de la zona, en lugar de decirte "Have a nice day" como el resto de los mortales locales, directamente te dicen "Have a good night", da igual que sean las 11 de la mañana. La verdad es que no ha sido nada nuestro rollo. Para mí es una ciudad que está bien conocer, es curiosa, impresionante el hecho de que haya sido levantada en mitad de un desierto. Todo esto bien. Bueno, y que haya fuentes de energía suficientes en el universo para encender todas esas luces todos los días (pasamos por la presa Hoover y sí, es grande y tal, pero yo creo que ni por esas). Pero el ambiente es triste... Señoras de 1.500 años viciadas en las tragaperras a mediodía, gente con unos modelitos de museo de los horrores, strippers teniendo que sonreír a todas horas y a todo tipo de clientes, panchitos repartiendo tarjetas de "chicas que buscan trabajo" (así lo llamaba yo de pequeña...) a todo el que pasa, familias con niños entre toda esta locura, personas metidas en disfraces de poliéster al estilo peluche con el sol cayéndoles encima a 110ºF (auténtica tortura, nosotras casi palmamos de calor con shorts y camiseta...). No sé, muy artificial y muy bajo. Jugamos un poquito, sólo a la ruleta que es lo único que conseguimos entender. Yo cambié 20$ a fichas y de vuelta salí con 21$ más las copas que tomamos en esas dos noches (que con gratis mientras juegas pero llevan asociadas una tip de 1$ por lo menos para que la camarera vuelva a mirarte). Así que puedo decir que he ganado en Vegas! Yuhu!

En San Diego hemos pasado casi todo el día de hoy. A mi me parece una ciudad preciosa... Tiene muchísimas zonas residenciales como de casas unifamiliares en el centro, una bahía preciosa, un downtown muy distinto al del resto de grandes ciudades de este país, un clima buenísimo (hemos tenido que ponernos chaquetas y pantalones largos! emocionantísimo! lo echaba tanto de menos...!). Sigue teniendo edificios muy altos, pero con otros bajitos y muy diferentes entre sí, todos repartidos y mezclados. Las cuestas muy al estilo San Francisco, una parte (old town) muy extraña medio mexicana donde de repente había mil mendigos sentados contra los edificios, muchísimos locos por la calle... Hemos cruzado a la isla de Coronado (que en realidad es una península) por un puente que nos ha llamado la atención (después de meternos en plena bulla por los alrededores del estadio de los Padres, el qeuipo de baseball, que jugaba esta tarde) y la verdad es que es muy recomendable, las vistas desde el puente y desde Coronado merecen la pena. Balboa Park es como una especie de parque de María Luisa a la americana, muy gracioso. Y la parte de Gaslamp, en el centro, es muy chula! Muchíiiisimos restaurantes y edificios para ver. Hemos pasado después por La Jolla de camino a Los Ángeles, y Cristi y yo lo hemos disfrutado mucho (Palo iba en coma) y estamos pensando ahorrar y comprarnos una de las discretas casas de la colina que miran al mar. Igual en unos 200 años lo conseguimos! Porque iría después del duplex en Chicago con vistas al Michigan Ocean...


Así que ya hemos empezado con California. Pronto, crónica de Los Ángeles.


PD: Seguimos siendo super fans de los moteles Super 8. En serio, nunca pensé que estaría tan encantada con nuestros moteles! Después de mi primera experiencia (Anita V., te acuerdas?)... Nada que ver! Un lujazo!

martes, 16 de agosto de 2011

Roadtrip II, Chicago y Roadtrip III (Route 66)


He tardado un montón en volver… Lo sé… Ha sido una semana movida, y volvíamos a la cama tarde, sin muchas ganas de ponernos a escribir, la verdad… Por lo menos yo!!
Me quedé en Washington… Uf! Muchas cosas que contar! DC me pareció muy chulo la verdad, aunque no pudiéramos disfrutarlo por el calor horrible que hacía. Por la noche sí dimos un paseo y es una ciudad enorme, con edificios que imponen, calles anchas y manzanas gigantes (cuando crees que estás al lado porque sólo te quedan dos bloques, estás muy equivocado…). Otra vez habría que ir en otoño yo creo… Una chica de Michigan nos dijo que en primavera es precioso porque está lleno de cerezos y de repente florecen todos, así que también es una opción. El Harrington Hotel sí era para repetir, porque nos salió bastante barato y estaba muy céntrico.
Después de DC volvimos a pasar por Pennsylvania, y paramos en Pittsburgh a hacer una visita a mi amiga Tami. Me hizo muchísima ilusión porque no la veía desde el verano en que teníamos 16 años!! Nos acogió simpatiquísima, nos llevó a comer un sándwich típico con patatas fritas dentro (parece ser que allí le meten patatas a tooooodo!), a coger un funicular para poder ver la ciudad desde la colina de enfrente… Y luego por la noche fuimos a un bar donde van ella y su marido todos los lunes de “wing night”, a ver deportes y tal. Tim nos enseñó algunas reglas básicas de baseball mientras veíamos un partido de los Pirates en las 700 pantallas de TV que parece haber en cada bar!!! Y encima nos invitó a absolutamente todo… A ver si consigo que venga a España y podemos corresponder un poco!!
Y por la mañana ya a desayunar (Tami nos preparó blueberry muffins y banana bread… más mona…!!!) y otra vez a la carretera.  Ya era día 9, y nos fuimos a Michigan a ver a Teresa (oooeee!) y dormir con la familia con la que se estaba quedando, para al día siguiente llevarla al aeropuerto de Chicago, que era nuestra siguiente parada. El pueblo era Marshall, hiper religioso y muy cuidadito, con muchas casas de estilo victoriano. La “madre” de Teresa (que también se llama Theresa, así que a la nuestra la llamaba Teresita) nos llevó a tomar cervezas a un bar que me encantó, donde hacían sus propias cervezas (probamos una de frambuesa muy buena) y que tenía un jardín bastante grande donde se estaba fenomenal por la noche. Los niños eran muy simpáticos y muy artistas, estaban haciendo miles de proyectos para una feria que se organizaba el fin de semana en el pueblo. Lo que no me molaba tanto era que tenían gato… Pero bueno, tampoco me daba pánico como a Teresa, que se iba subiendo por los muebles cada vez que aparecía jajajajjaa.
Después de conducir entra campos de maíz y granjas por Michigan (donde el límite era 70!! Un lujo!!), entramos en Illinois para llegar a Chicago. Dejamos a Teresita en el aeropuerto rumbo fiestas de Sigüenza y entramos en la ciudad. Chicago es una pasada, me ha encantado. Es lo que más me ha gustado por ahora. Llega a tener Central Park y pasa a ser mi ciudad favorita… El skyline es chulísimo, tiene una arquitectura alucinante, por la noche dan ganas de pasear y no parar… Cogimos un barco al atardecer que te da un paseo por el río y por el Lago Michigan y fue increíble. Pasamos un poquito de frío, pero aparte de eso fue perfecto. Bueno, y de la guía del barco que era como una metralleta de datos… Qué miedoooo!!! No callaba!!! No respiraba!!! Aaaaarg!!!
No estábamos seguras de si subir a la torre Sears (ahora Willis Tower), que nos había dicho Teresita (jajajjajaa q me parrrto) que tenía unos balcones de cristal desde los que morir de vértigo y que a Paloma le apetecían (a mí desde luego me parecía un perfecto plan tortura), o a la Hancock, que es más baja pero tiene vistas al Lago muy bonitas (a mí me la había recomendado un amigo que estudió allí un tiempo). Al final, intentamos subir a la Sears, que parece que era la más alta del mundo hasta que en Malasia decidieron empezar a construir (y ahora ya con Dubai y compañía olvídate). Pero cuando llegamos arriba había una cola de narices, así que al final fuimos a la Hancock (yaaaay!), y en lugar de subir al observatorio (que son 15$), subimos por el lateral a The xxxxx Room, un bar en el piso 96 donde te tomas algo por la mitad y tienes la misma vista (la mejor desde el baño de mujeres). Esto, que nos pareció un secreto valiosísimo que nos contó un señor muy simpático cuando íbamos a coger el barco, resultó ser el secreto menos secreto de la historia de los secretos, porque nos lo fueron repitiendo casi todas las personas con las que hablábamos!! Pero aunque perdiera el encanto de ser exclusivo, la vista realmente merecía la pena. No así la camarera, pero tampoco pasa nada. El Lago Michigan, que ya nos había alucinado desde el barco, nos pareció de coña desde arriba de la torre. En serio, eso no puede ser un Lago!!! Es por lo menos el Pacífico!!! Alucinante.
Estábamos en un hotel cutre pero barato, aunque lo bueno era que estaba encima de una pizzería que se llamaba Aurelio’s que resultó ser un hallazgo!! La pizza era la típica de Chicago: “thin crust”, que es de base fina (como viene queriendo introducir el nombre…) y con muchísimo queso. Estaba muuuuy buena. Luego también tomamos unos bocadillos en un sitio (los compramos y los comimos en Millenium Park, que es buen plan) que se llamaba Jimmy John’s, y el que me pedí (era el nº 14, no me acuerdo del nombre) me pareció el bocata perfecto!!! Fue para comer y volví para tomarme uno de cena!! Salimos una noche, aunque no duramos mucho… Fuimos al Spy Bar, que habíamos leído que estaba muy bien. Para mí la música era demasiado electrónica para aguantar mucho rato… Pero bien, sin más.
Bueno y tampoco voy a pasarme con Chicago que aún me queda un montón de puesta al día… Allí empezamos la Ruta 66, con la que ya hemos llegado a Flagstaff, Arizona (al lado del Gran Cañón! Mañana vamos a verlo!). Han sido miles de km (en total llevamos ya unos 4.800…), muchas horas, cambios de límite de velocidad en cada estado, obras en todas y cada una de las carreteras del país… Fue una enorme idea de Cristi coger las almohadas y las mantas de Iberia en el avión porque para el coche están siendo utilísimas!! Aunque la verdad es que aún no las he catado demasiado porque habré ido detrás unas 4 horas en total como mucho…
Hemos visto atardeceres preciosos de todos los colores; mil pueblos con nombres raros (y ya si los lee Carmen, nuestra amiga del TomTom, aún más: para ella Pittsburgh es “Picharrrrd”, Highway es “Uy”,  Baltimore es “Voldemort”…); carreteras con mil áreas de servicio y otras donde no se podía hacer number one más que detrás de un arbusto, si es que había arbustos; trenes más largos que la costa cantábrica por lo menos; la botella de Ketchup más grande del mundo; Joplin, una ciudad arrasada por un tornado en mayo y que aún está por reconstruir (probablemente lo más impactante que hemos visto); gente encantadora en todas partes, siempre con ganas de charlar y preguntar sobre nuestro viaje y sobre nuestro país (Bryan el del alquiler de coches, los que nos vendieron el móvil americano, la de la lavandería en Oklahoma, los hindús que regentan los moteles Super 8, el taxista de Pakistán que nos llevó en Chicago, los camareros en general y  los de Santa Fe en particular…). Tenemos millones de fotos de todas partes, todo parece estar hecho a propósito para que te lo lleves de recuerdo en la cámara, aunque nada tan preparado como Albuquerque, que realmente parece un parque temático. Santa Fe es un poco el mismo rollo, pero a mí me ha parecido que tenía más encanto…
En fin, que ya era hora de que volviéramos y creo que con esto estamos bastante cumplidas. 
Contare(mos) más pronto.

lunes, 8 de agosto de 2011

Empezamos el roadtrip: New Haven, carretera y Washington DC

Con muchísima pena tuvimos que dejar Boston y nuestro barquito... Pena y una multa de 100 dólares de aparcamiento que aún no hemos pagado. (Tip nº1: no aparcar a 10 pies de una salida de agua de las que siempre se revientan en las pelis... Aunque parezca una plaza y el amable parquimetrero te diga que todo está bien, en cuanto te des la vuelta zasca!).

Cenamos en Newbury St., que es muy mona xo bastante cara. Igual compensaba más tomar seafood o italiano en el North End, pero nunca lo sabremos. O sí, yo qué sé. En cualquier caso, sí que había barecillos en los alrededores donde tomarse una copa. (Tip nº2: para salir parece ser que es obligatorio llevar el pasaporte, no les vale con el DNI español. Anita: los pubertosos de ahora lo tienen mucho más chungo para falsificarse los documentos que nosotras!! jajajajajaja).

Después de pasar por Fenway Park, el estadio de los Red Sox, nos acercamos a Cambridge a ver la universidad de Harvard. Estuvo bien, sobre todo en la facultad de Derecho, donde nos metimos un poco como si estuviésemos cometiendo algún delito federal y resultó que un profesor muy simpático nos fue dirigiendo para visitar la biblioteca y demás, muy encantador y parece ser que muy legal la visita. Eso sí, se notaba que estamos en agosto y no queda mucho estudiante, aparte de los que van haciendo los recorridos turísticos como guías.

Después de Harvard ya nos fuimos a New Haven, donde nos quedamos a dormir. Varias cosas que comentar:
  1. Yale es LA UNIVERSIDAD. Ya lo sospechábamos, pero lo hemos confirmado. 
  2. Obligatoria la visita a la Beinecke Library de libros raros, que tiene las paredes de un mármol tan fino que es traslúcido. La luz dentro es preciosa, y justo nosotras pillamos un día nublado así que con sol tiene que ser espectacular.
  3. En verano ponen un cine de verano en New Haven Green, la plaza centrala de la ciudad. La noche que estuvimos nosotras tocaba Buscando a Nemo.
  4. Frank Pepe's es la mejor pizzería donde he estado, sí. Palo y yo compartimos una que era mitad y mitad de dos especialidades: almejas y espinacas con gorgonzola y champiñón. Increíbles!!! Almejas en una pizza?? Muy raro, pero muy bueno. Eso sí, para llegar a Wooster St. (que es el Little Italy local), hay que andar bastante por zonas que dan miedillo, no está mal saber de antemano que la pizzería tiene un parking propio al lado para clientes... A nosotras por lo menos nos habría encantado saberlo!
  5. Si vas a New Haven después de estar tres días durmiendo en un barco y decides quedarte en el Hotel Duncan (Chapel St.) con sus suelos torcidos y el ascensor manual más antiguo de Connecticut, podrás comprobar durante días lo divertida que es la sensación de barco permanente. Divertidísima, sí sí.
  6. H_rv_rd  S_cks. Want to buy a vowel?
Sobre los viajes en carretera también tengo algunos comentarios... Los límites de velocidad van a poder conmigo. Llevamos unas 450 millas solamente y ya me quiero pegar un tiro... Ellos no parecen respetarlo porque empiezo a cansarme de que me adelanten hasta los autobuses escolares, así que igual poco a poco los voy abandonando... Los carriles (aparte de ser un millón) no tienen el mismo orden que en España: el izquierdo no es para adelantar y el derecho para ir despacio. Es un poco según lo que te apetezca en el momento. Eso sí, está fenomenal indicada cada área de servicio con las distintas cadenas que hay, igual que las gasolineras y los moteles que van apareciendo. Y sobre moteles, ya hemos nombrado nuestro 5 estrellas (aunque es el único en el que hemos estado aún... ): a cadena Super 8. Nos ha costado la mitad de la tarifa del de enfrente, con un desayuno estupendo incluido (con zumo, bagels, cereales...). Un lujo!!! Pensamos abonarnos de aquí a San Francisco!!

La llegada a Washington ha sido un poco complicada... Hemos bajado del coche y esto era el infierno. Estamos en un hotel en el puritito centro (gracias a una oferta de una revista de cupones que cogimos en un área de servicio nos sale tirado), pero es imposible estar en la calle. Hace algo así como un millón de grados. Celsius, que si fueran Farenheit serían 333.333 de los nuestros, o así. Hemos intentado hacer todo el National Mall, pero sólo lo hemos conseguido desde la Casa Blanca hasta el Lincoln Memorial. De verdad que los campos de hierba era como si fueran de lava. Hemos tenido q coger un taxi para que nos llevara al Capitolio, y sólo hemos vuelto a la calle después de refugiarnos un buen rato en el Air and Space Museum (o algo parecido, vamos, un Smithsonian) con su aire acondicionado. Es evidente que el inventor del aire acondicionado americano (que no es como los nuestros, éste te teletransporta a un iglú en medio segundo) ha veraneado en DC.

Creo que no me dejo nada... En resumen, ya hemos empezado el viaje por carretera. Llevamos unas poquitas millas y hemos pasado ya por 6 estados (Massachusets, Connecticut, New York, New Jersey, Pennsylvania, Maryland y D.C., que no lo he contado xq no es un estado).

Hasta Chicago!!! =)

viernes, 5 de agosto de 2011

El pa riba!


Bueno, pues voy a dignarme a escribir un poco q sino Ross "The Boss" se enfada y la tenemos. Ya habeis oido por parte de las otras dos todo lo que nos ha gustado Boston, es una ciudad preciosa y tiene gente simpatiquisima dispuesta a ayudarte por lo general, aunq siempre hay algun funcionario de corazón que vas a cruzarte vayas a donde vayas, aqui por lo general adquieren la forma de pakistanies o chinos (por cierto, los chinos no hacen number one ni number two, no hay un solo wc en todo china, para los incultos ignorantes diré q nº1 es pis y nº2 caca en la jerga yankee, apuntadoslo!).

Q más se puede decir... calles enormes, todo limpio y cuidado... Lo mejor, el rollo indie folk q se traen algunas d las tiendas de por aki, parece q me leen los pensamientos y los cuelgan en perchas, lo peor, el precio q les ponen, siempre he sabido q mis pensamientos valían su peso en oro pero creo q en USA están sobrevalorados. Aun así me he comprado un sombrero genial, según cristy antes de ser expuesto en la tienda ha sido atropeyado repetidas veces x un camión, pisoteado y escupido, xo es xq tiene envidia; y también una camiseta india, de los indios americanos, xo moderna y alguna cosa mas, xo lo mejor la bolsa rosa subrayadeitor q venia de regalo.

Mucho más que contar pero demasiado dificil de expresar x lo q me despido con un consejo y os dejo ya "si has venido de arriba pa bajo y quieres volver pa tras pa acabar en el punto incial once again, está claro q vas a tener q ir d pa bajo pa riba, porque es el sentido opuesto natural de las cosas, si vienes pa bajo d pa riba y decides volver pa lante t estas yendo al este u oeste omitiendo el acotamiento de conceptos norte y sur q se te habia marcado complicando las cosas hasta el punto del error y la equivocacion todo juntos. The Ross, va por ti, no se si tas dau cuenta, apuntatelo.

ahi lo dejo.

jueves, 4 de agosto de 2011

Boston

Boston es increible!!! No es como me lo imaginaba, yo pensaba que sería mucho más inglesa, pero la he visto muy moderna, la verdad.  Tiene un tamaño perfecto para ir andando a todas partes (aunque yo ayer tuve un momento de debilidad al final del día y les obligué a coger un taxi xa volver a casa desde el final de Back Bay...), bastante verde y la gente es encantadora. Charlestown, que me daba un poco de miedo por aquello del rollo chungo que salía en The Town, la peli de Ben Affleck, no es naaaada chungo! A mi me ha gustado, muy tranquilito y muy verde! Y el barco es una pasada, hemos podido aprovechar la terraza un montón porque al final ha hecho un tiempo increíble.

Empezamos la visita a la ciudad con un Tour en un coche-anfibio muy cachondo, con un conductor así como animadory tal que, por supuesto, a Cristi le rechifló con sus historias y a Paloma por poco le provoca un infarto de la vergüenza ajena cuando nos hacía "cuaquear" a los peatones (pedestrians cristi!!!). Un show, la verdad, pero muy chulo porque nos sirvió de toma de contacto y nos contó historietas y anécdotas que nos situaron un poco. Luego ya pasamos el resto del día andando arriba y abajo por Beacon Hill, el Boston Common y Back Bay, donde por casualidad (íbamos sin prepararnos mucho, a ver qué encontrábamos) acabamos en Newbury St., que resulta ser la mejor calle de la ciudad con diferencia!!! Las tiendecitas, las terrazas... Volvemos hoy a cenar por allí. A ver si consigo probar un poco de lobster o así! Que al final no estamos haciendo mucha comida local...

El jet lag sigue con nosotras, eso sí. Bueno, con Cristi no, ella mantiene su capacidad de dormir eternamente si hace falta. Pero Palo y yo no pasamos de las 6 de la mnn... A ver si me dopo o algo para caer inconsciente hoy y aguantar un poco más. Mañana nos iremos a Cambridge a ver Harvard y el MIT, pasando primero por Fenway Park (el estadio de los Red Sox). Me da un poco de pena despedirme de Boston, pero nos tendríamos que dar un poco de vidilla si pretendemos llegar a San Francisco en algún momento!!


Ah, y a ver si alguna de las otras dos decide comentar algo... En algún momento...


PD: Cristi y yo ya estamos colegiadas!!!! Yaaaaay!!!!