Como casi todo lo que empiezo en la vida, esto había quedado inconcluso. Pero me niego, yo he cambiado en este viaje, soy una persona nueva, con nuevos elementos decorativos sobre mi (ya ha pasado la fase de negación, ahora lo tengo aceptado), y ya no dejo las cosas ni por pereza ni por vergüenza. Así que aquí está el remate.
SAN FRANCISCO
San Francisco es probablemente la ciudad más original en la que hemos estado. Es increíble la creatividad que hay, la cantidad de pinturas murales, de mensajes en las paredes y las aceras, de locos por las calles (de verdad, locos locos), de vagabundos, de gente vestida con los conjuntos más alucinantes... Es la libertad de expresión total y absoluta, como un Venice Beach a lo grande. Y con las colinas, claro... Hay muchos momentos en que no se ve en el coche, que si hay algo en el suelo lo pisas sí o sí, porque estás en una desnivel de no creértelo. Las persecuciones de las películas las veo de lo menos viable! Sería imposible... Hincas el coche en el asfalto 100%. Esto por encima de Market St., porque el SoMa (South Market) es totalmente plano. Las casas victorianas son divertidísimas, hay millones de versiones en millones de colores diferentes. Me he sentido muuuy en Padres Forzosos (Full House Cristi, a ver si se nos queda), enamorada del tío Jessie y queriendo tener de hermana pequeña a Michelle jajajaja.
Lo más fuerte de la ciudad es probablemente lo de los de locos que hay por metro cuadrado. Impresiona ver tanto vagabundo rebuscando en la basura en un país tan desarrollado... Lo habíamos visto en otras ciudades grandes, pero en SF ya es exagerado. Es materialmente imposible encenderte un pitillo y que no te pidan por lo menos dos o tres personas que les des uno, y claro no hay presupuesto en el mundo que soporte tanto cigarro… Ya ni nos sentíamos mal diciendo que no.
De planes hemos estado animadísimas en Frisco. No había sitio en nuestro adorado Super 8, así que nos tuvimos que buscar una privada en un hostal. Habíamos evitado los hostales todo el viaje por lo de compartir habitación, que por un lado no nos apetecía y por otro nos daba un poquito de yuyu por lo de dejar las cosas en la habitación donde entran otros 20, con el portátil, las cámaras y demás... Pero la suerte nos hizo caer en el Adelaide Hostel (5 Isadora Duncan Ln), donde conseguimos una privada para nosotras tres. Resultó que nos metieron en una habitación triple de un hotel con el que tienen acuerdo y que está al lado (el Fitzgerald) por el precio de un hostal, así que perfecto. Pero lo bueno de todo esto es que el hostal organiza muchas actividades y tal. Para empezar, ofrecen cenas por 5-6$, caseras, en el sótano. Nos apuntamos a las cenas de viernes y sábado y estuvieron fenomenal!! Sobre todo la del sábado, preparada por un brasileiro (que lo único es que tenía un problema grave de verborrea) y riquísima. Después de la cena, organizaban un “pub crawl”, que consiste en que reúnen a todos los huéspedes que quieran salir por ahí en la puerta del hostal y los dirigen por algunos barecillos y así donde además tienen ofertas como de grupo. Así que aprovechamos en crawl las dos noches del fin de semana y salimos con la gente del Adelaide, y gracias a eso conocimos a mucha gente muy simpática, también a algunos raros (como Silvio, el italiano de mirada fija inquietante, o el miembro de la secta del Burning Man…), y sobre todo a Phil.
Phil era un chico de St. Louis, muy emocionado porque habíamos pasado por su ciudad y paramos a tomar una cerveza, porque parece ser que la gente nunca para allí. Estaba en California con su amigo Ben, que se mudaba a SF, y él quería unirse después, aunque sus planes pasaban primero por una temporada en LA. El caso es que estuvo con nosotras todo el tiempo que estuvimos allí. Pasamos un día muuuuy divertido visitando el Golden Gate Bridge, Sausalito, dando una vuelta por la ciudad… Hicimos unas sesiones de fotos increíbles y luego por la noche salimos a cenar por Castro, la mítica zona gay de donde salió Harvey Milk. Incluso entramos a bailar en un local, pero era todo hombres que le ponían ojitos a Phil (que en realidad no parecía tan incómodo) y sólo lo disfrutamos Cristi y yo, que lo dábamos todo bailando Cher y demás divas jajajaja! Finalmente, Phil nos regaló un imán a cada una del puente (el mío está en la nevera de nuestra casa nueva… =))
El último día, ya sin Phil, dejamos el hotel por la mañana y no cogíamos el avión hasta las 6 del día siguiente, pero no tenía sentido pagar esa noche de hotel para un par de horas. Así que estuvimos danzando por la ciudad como haciendo tiempo, ya con los nervios de la vuelta y las maletas a cuestas. Nos metimos en el cine y todo! Vimos por fin Crazy, Stupid Love y nos encantó. Luego ya al aeropuerto, donde tuvimos que dormir en el suelo con un frío horrible, esperando que abrieran la facturación, las cafeterías… Cualquier cosa! La verdad es que fue un poco tortura la espera final, y encima cuando ya conseguimos entrar tuvimos un retraso horrible por una averna en el avión que parecía que no íbamos a llegar a Madrid a tiempo porque perdíamos la conexión en Chicago. Al final todo salió bien, pero pintaba el asunto muy negro!!
Y ya… vuelta a la realidad… Ha sido dura al principio, aunque a favor teníamos una espiral de cambios que no nos ha dejado un minuto libre para pensar (sobre todo palo y yo, que nos hemos mudado juntas). Aun así, sigo echando de menos lo bien que me he sentido en el viaje. Ha sido un mes de libertad absoluta, de ir montando nuestro camino poco a poco, sin prisa, poniéndonos de acuerdo, tomando decisiones sin arrepentirnos después, fueran acertadas o no… Un lujo de experiencia que me ha cambiado y que estoy encantada de haber tenido una vez en la vida. Ojalá pueda repetirla algún día.
Habiendo pasado tanto tiempo ya cuesta bastante contar anécdotas de los últimos días. Así que voy a intentar recapitular con los “mejor-peor” de todo el mes, lo que ha durado hasta ahora y no se borrará nunca (espero).
- Mi ciudad preferida: Chicago (San Diego cerca…).
- La más divertida: San Francisco.
- Persona preferida: Phil.
- El estado que más me ha sorprendido: Arizona (qué paisajes!).
- El recuerdo con el que más sonrío: Santa Fe.
- Lo más prescindible: Las Vegas.
- El peor momento: el camión, en San Diego. Y después el ataque mortal de calor en Washington.
- Yale… Increíble. No del todo asimilado, puede que para que no me invada la pena.
- Super 8 es el gran descubrimiento. Los indios, los desayunos y los precios nos han hecho felices. Todavía tengo dos bolis amarillos que uso sin parar!
- Alamo es una gran opción para alquilar. Bien de precio (en términos relativos) y nos trataron increíblemente bien.
- Las mejores comidas: las pizzas de Chicago y de New Haven. El perrito de LA. Los sándwiches de Chicago. La hamburguesa de Last Stop en Arizona. Claramente todo muy sano.
- La mejor noche: la primera de San Francisco. Y luego el “botellón” en Santa Fe.
- Nota: estoy enamorada de los americanos. Nada me hacía más ilusión que me creyeran una de ellos!
- Los límites de velocidad son un coñazo… Pero se me han metido en el cuerpo xq desde que he vuelto noto que conduzco bastante más despacio.
- Los tatuajes. Nunca digas nunca.
- Las mayores risas en Collinsville, delante de la botella de Ketchup. Llorando desde entonces hasta ahora!
- Lo bien que nos hemos llevado para estar tanto tiempo juntas 24h al día. Yo creo que salimos reforzadísimas! Una suerte de amigas tengo…
- Nos ha faltado… Monument Valley y los coches enterrados. También un poco de playa (en La Jolla!). Y algún museo… Me habría gustado el Art Institute en Chicago, y volver al Getty en LA. El brunch en Chateau Marmont. Una noche de copas en Chicago. Algo más de excursión en el Gran Cañón. Montar en Harley por la Route 66. Habrá que intentarlo la próxima!
Con esto doy por cerrado nuestro relato. Ha sido alucinante! Gracias.